Raqfei: viva Marlango y la madre que los parió.
Anoche, Cumeak, mientras paseaba por la orillita del río Guadalquivir y meditaba sobre el rumbo de nuestra misión que estamos a punto de sabotear, escuché una música que venía desde un lugar denominado Monasterio de San Jerónimo. No pude resistirme y me salté la valla.
Se trataba de un concierto del grupo Marlango, que pude ver discretamente escondido tras una columna del claustro del monasterio. El grupo en cuestión destaca por cierta originalidad en sus composiciones, a ratos excesivamente comedida, pero brillantemente bordada por la magnífica voz de Leonor Watling, su solista, de sensualidad contundente, irresistiblemente dulce pero atronadora.
Reconozco que nada más verla me enamoré de ella (adjunto remito foto).Y es que es bella la miremos por donde la miremos, y cuando nos deja que le miremos el alma más bella nos parecerá.
Para la próxima te aviso.
Se trataba de un concierto del grupo Marlango, que pude ver discretamente escondido tras una columna del claustro del monasterio. El grupo en cuestión destaca por cierta originalidad en sus composiciones, a ratos excesivamente comedida, pero brillantemente bordada por la magnífica voz de Leonor Watling, su solista, de sensualidad contundente, irresistiblemente dulce pero atronadora.
Reconozco que nada más verla me enamoré de ella (adjunto remito foto).Y es que es bella la miremos por donde la miremos, y cuando nos deja que le miremos el alma más bella nos parecerá.
Para la próxima te aviso.
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