Raqfei: mi primera incursión a Madrid
Querido Cumeak:
¿Qué podías esperar de una empresa?. En este tipo de sociedades donde lo importante es el capital, y no la persona, la persona se convierte en un mero instrumento, un kleenex de usar y tirar. Las empresas, en general, están ya lo suficientemente desprestigiadas y cubiertas de mierda como para que le dediquemos más líneas en éste nuestro ilustre weblog.
El martes estuve en Madrid. Asistí a una reunión de mandatarios ocultos de nuestro planeta para la elaboración de un censo de humanos de alto rendimiento (personas con un rendimiento biológico superior al resto).
La ida la realicé en el A.V.E., un mal llamado tren de alta velocidad (raramente supera los 300 Km/h) que recurre a viejos recursos para persuadir a sus pasajeros, como son la proyección de películas de dudosa calidad, y así aumentar el precio de su billete. Sin ningún atractivo y bajo carácter social. Durante el trayecto, una humana osó a contarme todo su currículum sentimental, a mí, a un completo desconocido. Sentí cierta pena por ella en un arrojo de empatía, pero reconozco que ella también es responsable de su mal, puesto que no es capaz de poner solución al problema.
Después de la reunión estuve deambulando por Madrid y entré en contacto con Sege y su hermana Imipe, dos extraterrestres clandestinos de los que obtuve información de primera mano acerca de ciertas características biológicas de los humanos.
Realicé un par de grandes descubrimientos: el Hard Rock Café, donde ponen la mejor comida-basura del planeta, altamente recomendable para nuestro organismo, y los Dunkin Donuts, con un alto contenido en colesterol, altamente recomendable para nuestro metabolistmo extraterrestre. Lástima que en Sevilla no existan franquicias de estos dos establecimientos y sólo encontremos, para variar, más de lo mismo.
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