Raqfei: fiebre del sábado noche

Después asistí brevemente a un cumpleaños, tras lo cual asistí a otro cumpleaños a uno de los bares más conocidos de Sevilla, vestigio de lo que fue la movida de los 80 sevillana, El Perro Andaluz, donde tenía dos cumpleaños más.
Bebí muchísimo, tanto que alcancé la euforia, lloré (de alegría) casi colectivamente y perdí totalmente la noción del tiempo. A las 5:00 fui en tu búsqueda (pensando que eran las tres) pero supuse que ya no podría verte.
Otra vez será, pero dejarse llevar es sano. Sin duda los fines de semana detendré mis trabajos para dedicarme a la vida contemplativa.
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