Raqfei: augusta emerita
Cumeak, escapando del siniestro despilfarro que supone la feria de abril, viajé con Foiju y un par de miembros más de la resistencia a la ciudad de Augusta Emerita o Mérida. Se ha tratado de un viaje de placer, ya que Foiju quería presentarme a estos dos miembros de la resistencia que originalmente formaban parte de su misión en la Tierra, que son Qeru y Gsep.
Hemos estado paseando por la ciudad, visitando los numerosos monumentos que la pueblan, comprobando cómo los distintos pueblos que han pasado por ella han ido sepultándose los unos a los otros, reaprovechándose y reinventándose sin nada del fetichismo actual que nos lleva a conservar como valiosos objetos en sí mismos inútiles y que no aportan más información de la que ya se conoce.
Respecto a esta información, me han comentado que el Ordenador Enciclopédico Universal Ciclomático que se nos suministró por nuestros jefes en nuestro planeta de origen contiene información sesgada, es decir, adaptada para evitar precisamente lo que hemos hecho, huir de sus mandatos. La propia resistencia está elaborando lo que ellos denominan El libro de las verdades de verdad de la buena sobre la Tierra (y algún que otro satélite anexo), una especie de contraenciclopedia, mucho más realista, a la que quieren dar un carácter solemne y casi sacro.
Mérida tiene la belleza reconcentrada en cinco o seis puntos emblemáticos, sobreexplotados para el turismo (teatro, anfiteatro, circo, casa de Mitreo, cripta de Santa Eulalia, casa del anfiteatro y alcazaba). El resto está más bien dedicado al abandono, el descuido o la falta de embellecimiento. No obstante, se sospecha cierto ímpetu por mejorar algunas zonas de la ciudad, como son las riberas del Guadiana. Hemos supuesto todos que se convertirá en una ciudad más digna de visitar dentro de unos diez años.
Lo demás ha sido más bien estándar: muchos paseos de arriba a abajo y de abajo a arriba por la calle John Lennon. Por lo demás, algún que otro encuentro erótico mañanero con el que podría considerarse desde hoy mi maridito de hecho, que es Foiju.
Seguimos en contacto. Adjunto remito foto de lo que más me impactó, una pieza del museo de arte romano.
Hemos estado paseando por la ciudad, visitando los numerosos monumentos que la pueblan, comprobando cómo los distintos pueblos que han pasado por ella han ido sepultándose los unos a los otros, reaprovechándose y reinventándose sin nada del fetichismo actual que nos lleva a conservar como valiosos objetos en sí mismos inútiles y que no aportan más información de la que ya se conoce.
Respecto a esta información, me han comentado que el Ordenador Enciclopédico Universal Ciclomático que se nos suministró por nuestros jefes en nuestro planeta de origen contiene información sesgada, es decir, adaptada para evitar precisamente lo que hemos hecho, huir de sus mandatos. La propia resistencia está elaborando lo que ellos denominan El libro de las verdades de verdad de la buena sobre la Tierra (y algún que otro satélite anexo), una especie de contraenciclopedia, mucho más realista, a la que quieren dar un carácter solemne y casi sacro.
Mérida tiene la belleza reconcentrada en cinco o seis puntos emblemáticos, sobreexplotados para el turismo (teatro, anfiteatro, circo, casa de Mitreo, cripta de Santa Eulalia, casa del anfiteatro y alcazaba). El resto está más bien dedicado al abandono, el descuido o la falta de embellecimiento. No obstante, se sospecha cierto ímpetu por mejorar algunas zonas de la ciudad, como son las riberas del Guadiana. Hemos supuesto todos que se convertirá en una ciudad más digna de visitar dentro de unos diez años.
Lo demás ha sido más bien estándar: muchos paseos de arriba a abajo y de abajo a arriba por la calle John Lennon. Por lo demás, algún que otro encuentro erótico mañanero con el que podría considerarse desde hoy mi maridito de hecho, que es Foiju.
Seguimos en contacto. Adjunto remito foto de lo que más me impactó, una pieza del museo de arte romano.
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